Mucho oímos hablar de marcas en el mundo empresarial y a veces no reflexionamos lo suficiente sobre este concepto.
A mi me gusta definir la marca como el elemento de transmisión de la filosofía empresarial. Al utilizar el término filosofía le doy un sentido trascendental. La marca es mi identidad, el resumen de mis valores (tanto aquellos que puedo tener en común con otras empresas como, sobre todo, de mi valor añadido) lo que me hace único como empresa frente a mis clientes. Mi marca es lo que soy, dónde estoy y también debe transmitir hacia dónde camino, hacia dónde me dirijo, porque las marcas, como los seres vivos, evolucionan continuamente, es más, deben llevar a cabo periódicamente pequeños cambios para que en esencia nada cambie.
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